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Acabo de vender mi casa y no sé qué hacer con el dinero: 5 opciones para invertir de menos a más arriesgada

Publicado por Pedro Medina en 06 de octubre de 2016
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Acabo de vender mi casa y no sé qué hacer con el dinero: 5 opciones para invertir de menos a más arriesgada — idealista/news

¿Acabas de vender tu vivienda y no sabes qué hacer con el dinero? Si estás en ese caso y no saber cómo puedes sacar todo el partido a tu patrimonio, deberías echar un vistazo a las ideas que proponen los expertos. Hay muchísimas alternativas, aunque no todas ellas son igual de rentables ni igual de seguras. Puedes elegir la bolsa, los fondos de inversión, los depósitos o el propio sector inmobiliario a sabiendas de que el mercado está distorsionado por las medidas extraordinarias del BCE y que las incertidumbres globales seguirán al acecho.

“En un año en el que la volatilidad de los mercados persiste debido a los últimos focos de incertidumbre como la política española o el Brexit, entendemos la preocupación y escepticismo que muestran los inversores en estos momentos. En un entorno así, parece lógico que los inversores estén buscando alternativas para destinar parte de su cartera a inversiones conservadoras que preserven su capital y, si es posible, aporten algo de rentabilidad extra”, cree David Ardura, subdirector de gestión de Gesconsult.

Ahora bien, antes de invertir deberíamos tomarnos un tiempo para analizar qué producto conviene más. “En función de las necesidades, objetivos y posibilidades de cada persona será más adecuada una inversión u otra. Partiendo de esta premisa (antes de diseñar el plan financiero hay que tener claro para qué vamos a necesitar ese dinero), siempre es aconsejable diversificar las inversiones y construir una cartera equilibrada que se ajuste a nuestro perfil”, explican desde Abante Asesores.

Teniendo en cuenta estas recomendaciones preliminares, veamos qué alternativas pueden ayudarnos a maximizar el ahorro y cuáles son sus pros y sus contras:

1. Deuda pública: rentabilidad mínima incluso a medio plazo

Una de las alternativas más usadas por los inversores conservadores es la deuda del Estado, que dependiendo de su plazo se denominan letras (corto plazo), bonos (medio plazo) y obligaciones (largo plazo). A pesar de que su cobro está garantizado a no ser que el país entre en default (algo inviable en el caso de España), su punto débil es que la rentabilidad que ofrecen actualmente es peor que la de los depósitos.

Según las estadísticas del Tesoro Público, las últimas emisiones de deuda se han cerrado en negativo hasta el plazo de cinco años, lo que significa que los inversores están dispuestos a pagar al Estado por comprar su deuda en vez de exigir un interés como contrapartida. De los plazos que aún están en positivo habría que irse a los bonos a 10 años para ver un interés superior al 1%, mientras que las obligaciones a un plazo de entre 30 y 50 años ofrece un interés que no alcanza el 2,2%.

“Actualmente los inversores conservadores tienen un hándicap importante: el escaso retorno que ofrecen de media muchos bonos. Por eso, en renta fija buscamos oportunidades en bonos ‘high yield’, que suponen una alternativa interesante en un entorno de tipos bajos. Sobre todo nos fijamos en la deuda de alto rendimiento a corto plazo y en bonos de mercados emergentes también a corto plazo”, opina Beatriz Barros de Lis, directora general de AXA IM en España. Ahora bien, no debemos olvidar que estos bonos proceden de empresas y países con baja calificación crediticia, lo que significa que tienen mayor riesgo de impago que los de España, Alemania o EEUU.

2. Depósitos bancarios: muy seguros y poco rentables

Han sido tradicionalmente los productos de inversión más usados por los españoles, aunque su rentabilidad no atraviesa un buen momento. La gran ventaja de esta alternativa es que los primeros 100.000 euros invertidos están asegurados por el Estado a través del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD), incluso aunque quebrara el banco. En caso de invertir más dinero, lo mejor es repartirlo en diferentes entidades para garantizar de 100.000 en 100.000 euros.

No obstante, y como consecuencia de las políticas ultraexpansivas del BCE, la remuneración media para el plazo de un año ronda el 0,18% en España, lejos del 3% que llegaron a ofrecer de media en 2012. Aun así, el Banco de España calcula que las familias tenían invertidos en agosto 764.000 millones de euros en depósitos, cerca de máximos históricos (en junio se alcanzaron los 770.000 millones).

Entre las alternativas más rentables del momento se encuentran, por ejemplo, el Depósito 3 meses de Self Banck, que ofrece un TAE del 2,5%, el Depósito Naranja 2 meses de ING Direct (1,5% TAE), el Depósito 4 MIX de Mediolanum (4% a 6 meses) o el Depósito Facto de Banca Farmafactoring España (2,10% para un plazo de entre 3 y 60 meses). Para el plazo de un año encontramos el Depósito a Plazo Fijo de Crédit Agricole (1,2% TAE) o algunos que se quedan cerca de dicha barrera, como el Depósito 14 meses de WiZink (0,9% TAE). La mejor manera de decantarse por un depósito es comparar rentabilidades y mirar la letra pequeña de las condiciones (inversión mínima, comisiones, obligación de contratar otros productos…)

3. La reinversión en el ladrillo

Otra de las alternativas que tiene el inversor es seguir apostando por el sector inmobiliario y reinvertir el dinero que ha conseguido.

“El mercado inmobiliario español ocupa desde hace dos años un lugar destacado en las estrategias de los inversores. Sigue siendo visto como un valor refugio frente a la perspectiva de incertidumbre global que se presenta en otros mercados como la renta variable, la deuda soberana o los depósitos. Además, cuenta con la expectativa de que la mejora de las variables macroeconómicas continuará alimentando el dinamismo en el sector”, explica José Peral, director de Comercialización y Marketing de Solvia. En su último informe de mercado, la compañía asegura que el ladrillo seguirá siendo un nicho de inversión.

Su apuesta coincide con la de Bankinter, cuyo departamento de análisis opina que “el sector inmobiliario sigue teniendo interés y que la reinversión en el sector es una opción a tener en cuenta. Si el inversor no tiene dinero como para adquirir directamente un inmueble, podría hacerlo a través de las socimis y la que más nos gusta es Merlin Properties, que mezcla ladrillo y bolsa”, explican desde Bankinter.

Según el último informe de rentabilidad de idealista, correspondiente al segundo trimestre del año, comprar una vivienda para alquilarla ofrece una rentabilidad media del 6,1%, cifra que se queda alrededor del 5,5% en Madrid y Barcelona pero que alcanza el 6,7% en el caso de Palma de Mallorca y se eleva al 7,7% en el de Lleida. Pero las  opciones no solo están en el mercado residencial: las oficinas ofrecen de media un 7,3%, mientras que los garajes rentan un 5,6% y los locales, un 7,7%. Dependiendo de las capitales donde se realice la inversión, dicho promedio puede ser algo inferior o superior al regirse por la ley de la oferta y la demanda. [Consulta aquí el informe completo].

4. Fondos: equilibrio entre diversificación y riesgos

El mundo de los fondos de inversión también puede brindar oportunidades, aunque todo depende de qué tipo de producto se elija y de su nivel de riesgo. La parte positiva es que se pueden elegir fondos que inviertan en varias cosas a la vez (por ejemplo, los mixtos invierten en bolsa y deuda) e incluso en fondos que invierten en fondos (fondos de fondos), un vehículo muy extendido entre los inversores profesionales. [Consulta aquí cuántos tipos hay y en qué consisten]

“Creemos que los fondos de fondos son la forma más eficiente para el inversor, especialmente para la persona que tiene el foco puesto en el medio y largo plazo, ya que permite beneficiarnos de las ventajas de los fondos de inversión (financieras y fiscales), son productos transparentes, líquidos y que permiten una gran diversificación, además del acceso a una gestión profesional y aprovechar la economía de escala. El fondo de fondos es un vehículo válido y eficiente para cualquier tamaño de cartera”, añaden desde Abante Asesores.

Para aquellos que prefieren quedarse con fondos de inversión habituales, Sophie del Campo, directora general de Natixis Global AM para Iberia, recomienda “estrategias de renta variable que controlen la volatilidad (es decir, los vaivenes del mercado), la renta fija emergente o de renta fija a corto plazo. También puede ser interesante añadir a la cartera ideas de retorno absoluto”. Bankinter, en cambio, ve atractivo en los fondos monetarios (divisas), de retorno absoluto y renta variable, mientras que Gesconsult apuesta por la renta fija ultra-corto plazo. “Este tipo de estrategias se sitúan dentro de los estándares de los productos de menos riesgo y más conservadores”, asegura la firma.

Por último, AXA IM también recomienda analizar la posibilidad de invertir en fondos que apuesten por las llamadas ‘small caps’, es decir, por las empresas pequeñas cuyo valor de mercado es reducido. Eso sí, siempre y cuando el inversor no pierda el enfoque a largo plazo. Y para los más inexpertos otra opción puede ser un fondo de inversión que invierta directamente en los índices bursátiles (el español Ibex 35, el Dax alemán, el Cac francés…) y no en empresas o bonos concretos.

5. La opción de la bolsa: mayor proyección, pero arriesgada

Invertir en renta variable es la quinta opción que hay sobre la mesa, aunque nada ni nadie puede garantizar al inversor que no pueda perder todos sus ahorros. Dentro del mercado de valores los expertos se decantan por las compañías inmobiliarias (principalmente por la socimi Merlin Properties e Inmobiliaria Colonial) o por valores más defensivos que pueden ofrecer una buena rentabilidad por dividendo.

“Creemos que en 2017, a medida que el beneficio de las empresas vaya subiendo, la bolsa se irá comportando mejor. Para el pequeño inversor recomendamos empresas como Enagás, Endesa o Red Eléctrica, cuya rentabilidad por dividendo supera el 5%”, asegura Eva Barrio, del departamento de análisis de Bankinter.

En la cartera de Renta 4 están Endesa, Santander y Telefónica, tres de los pesos pesados del Ibex 35, internacionalizados y que pagan dividendos, mientras que Ahorro Corporación se fija en Iberdrola, otro de los grandes de la bolsa, y en pequeñas empresas como Euskaltel, Faes Farma, CAF o Cie Automotive. Las carteras de pedidos, los nuevos productos, la capacidad de generación de caja o el bajo nivel de endeudamiento son algunos de sus atractivos según publica el diario Cinco Días.

Fuente: Idealista