La crisis ha modificado drásticamente el perfil del comprador particular de vivienda. Así lo afirma Jesús Duque, vicepresidente de la red Alfa Inmobiliaria: “Hace diez años, competían en el mercado jóvenes parejas, pequeños y medianos inversores e incluso familias recién llegadas de otros países. Los precios solo oscilaban al alza y lo más conveniente era cerrar la operación antes de que se produjera una nueva subida. Y no sólo eso, hace diez años los compradores utilizaban 10 dedos para buscar ahora utilizan los pulgares; el mercado ha cambiado y tenemos que adaptarnos con nuevos servicios”, afirma.
Si bien todos los agentes del mercado señalan una lenta pero clara recuperación del sector, el perfil y la actitud del actual comprador es muy distinta. Duque resume en 6 las exigencias de este nuevo comprador…
Exigentes frente a los anuncios publicitarios:
• El nuevo comprador participa de forma activa en la búsqueda de su vivienda. Con la ayuda de sus dos pulgares, revisa toda la oferta de su interés a su alcance, y no admite faltas de coordinación como que una propiedad salga al mercado en dos agencias o con dos precios distintos.
• Busca trasparencia. Si son 50 metros, son 50 metros. Y si dice “finca regia”, es que está ubicada en un edificio majestuoso. El nuevo comprador acepta de mala gana los trucos publicitarios para atraer su atención.
Exigentes frente a las agencias inmobiliarias:
• El actual comprador de vivienda ya no ve imprescindible el acompañamiento de la agencia a la visita a una propiedad. Busca un asesoramiento más cualificado, especialmente la ayuda legal y fiscal que le aporte el agente en el proceso de compra.
• Valora, por encima de todo, la ayuda relacionada con identificar el precio justo y real de la propiedad en el momento concreto de la operación, no el precio de publicación.
• Y sobretodo que haya una total transparencia, que se le permita negociar directamente las condiciones de compra con el propietario.
Exigentes frente a las viviendas:
• El comprador post-crisis, sabe que hay producto inmobiliario que ya no volverá a cambiar de manos. Si hace unos años se vendieron como viviendas locales rehabilitados, viviendas en sótanos o construidas en zonas equivocadas, hoy ya no es posible. Los compradores han vuelto a valorar el esfuerzo a largo plazo que supone una compra de este tipo y ya no están dispuestos a firmar determinados tipos de operaciones.
“El mercado ha vivido una transformación que, personalmente, creo que ha añadido cordura al sector y sobretodo demanda una mayor transparencia”, concluye el responsable de Alfa Inmobiliaria.